Diez años después de que Carlo Giuliani fuera asesinado por la policía italiana, inauguramos el parque que lleva su nombre en Kreuzberg, Berlín. Este parque deberá ser un espacio libre, un espacio de encuentros y de respeto –un parque sin consumo, sin la locura de la seguridad ni de la vigilancia. En Berlín ya casi no existen lugares en los que podamos estar sin tener que gastar dinero, sin ser cliente o sentirnos como en una pasarela. ¿Por qué? ¿Quién se robó los espacios públicos? ¿Quién robó la cultura, el sentido para la música, el arte y de lo comunitario? ¿Quién se robó nuestra ciudad? Son los responsables de la privatización y el comercio, los estrategas del mercado libre, los ingenieros de las cotidianeidades grises.
El nombre de Carlos nos hace recordar y al mismo tiempo nos ayuda a mirar hacia adelante, darnos fuerzas para seguir peleando por un mundo en el que la opresión, la destrucción de la naturaleza, la guerra y la carrera en las bolsas de las grandes ciudades pasen a ser historia de una vez para siempre
Hace 10 años nos encontramos en Génova con cientos de miles de personas de todo el mundo para gritar nuestro “¡NO!” a los autodenominados representantes del norte globalizado, los “G8”. Nuestro “¡NO!” a su mundo de plástico, que transforma todo en mercancía y permite a las personas participar solamente como productores de la riqueza con la que sólo se benefician unos pocos. Nuestro “¡NO!” a un mundo en el que sólo una pequeña parte de la población tiene derecho a la alimentación, a la educación y a la integridad física y psíquica. Nuestro “¡NO!” a la lógica mortal del capitalismo.
¡Nuestro “¡NO!” nos une y nos fortalece!
Nuestro “¡NO!” traspasa fronteras, logra burlar las aduanas, supera las diferencias idiomáticas y culturales y une la parte más noble y sincera de las personas que –no debemos olvidar- es la mayor parte. Nuestro “¡NO!” no necesita autorizaciones, ni partidos, ni tampoco tenemos la esperanza de que una fuerza superior nos muestre el camino. Nuestro “¡NO!” es el “¡SI!” a la vida y a la colectividad, ya que creemos en la solidaridad y en la belleza. Nuestro “¡NO!” es tener coraje para la utopía.
Nosotros, los que nos encontramos en Génova estabamos aunados por la esperanza y por el empeño por luchar por un mundo mejor, inspirados por el movimiento zapatista que en 1994 proclamó “otro mundo es posible”. Fuimos parte de las protestas en Seatle y Praga, de los Foros Sociales Mundiales y de nuestras propias protestas locales. La respuestas de los poderosos en Génova fue clara: había que machacar las cabezas que no se dejan conquistar, silenciar las voces que claman por un mundo mejor. Carlo fue asesinado. Miles fueron heridos, detenidos y torturados. En Bolzaneto, en la escuela Diaz, en las comisarias, en la cárcel Marrassi. ¡Nosotros no nos olvidamos y por eso estamos todavía aquí!
Lo que entonces estaba mal, hoy está mucho peor. A una velocidad arrolladora, ellos exportan guerras, catástrofes climáticas y caídas en la bolsa. Nuestra esperanza de que el sistema caiga en su propia trampa, lamentablemente no pudo cumplirse hasta ahora. Una minoría de criminales codiciosos le declaró la guerra al resto de la humanidad. En este momento estamos viviendo una catástrofe nuclear, de la que son responsables los poderosos del mundo. En sus ansias de ganancia, nos legan la devastación, que hace de una parte de nuestro planeta un lugar inhabitable.
¡Si hace 10 años nuestro “¡NO!” era acertado, hoy lo es muchísimo más!En todas partes se alzan nuevas resistencias. En todo el mundo la gente sale a la calle y no se conforma más con el lugar de espectadores al margen de la historia que les fue asignado.
¡El hambre de revolución social y dignidad está presente! ¡Nosotros estamos presentes!
“Nos dicen que la globalización es un proceso inevitable, como la ley de gravedad. A lo que nosotros respondemos: entonces tenemos que derogar la ley de gravedad”
Subcomandante Marcos / Chiapas
¡Qué viva la rebelión que dice que “NO”!
¡Muerte a la muerte!
Genova Libera – Berlin Kreuzberg 2011